PDR

El Informe Diario de los Padres (Parent Daily Report - PDR) es una medida de autoinforme de observación de los padres desarrollada en 1969 para complementar las observaciones independientes en el hogar y medir las percepciones de los padres sobre la conducta problemática y los problemas emocionales del niño. El PDR también se utiliza para medir la aparición de problemas clandestinos, como robar y mentir, que no son fácilmente observables. Se ha comprobado que el PDR es una medida fiable de los informes de los padres sobre el comportamiento problemático del niño que evita los problemas típicos de otras medidas que afectan a la precisión, como la necesidad de agregar los recuerdos de varios días o de estimar la frecuencia de los comportamientos.

El PDR se administra por teléfono y consta de 34 ítems sobre el comportamiento del niño. Se pregunta a los padres si cada elemento se ha producido o no en las últimas 24 horas y, en caso afirmativo, si ha sido estresante. Tanto en el caso del suceso como en el del estrés, los padres deben responder "sí" o "no": ¿Ocurrió? ¿Fue estresante? Se obtienen dos puntuaciones por cada llamada PDR administrada: la puntuación total de problemas de conducta y la puntuación total de estrés. Completar el PDR lleva entre 5 y 10 minutos por llamada.

Antes de administrar la primera llamada del PDR, se ofrece a los padres una sesión de orientación para repasar los puntos y resolver dudas. Se informa a los padres de que se les llamará por teléfono periódicamente y se les pedirá que repasen toda la lista, indicando cuáles de los sucesos, si los hay, han ocurrido realmente en las últimas 24 horas. No se pide a los padres que indiquen las frecuencias, sólo si ocurrió o no y si el comportamiento fue estresante. Las llamadas son breves y no se utilizan como minisesiones de terapia.

Usos

Como medida de resultados: el PDR se ha utilizado en numerosos estudios para medir el cambio en el nivel de percepción de los padres sobre los problemas del niño y el estrés de los padres antes, durante y después de la intervención. El gráfico a continuación ilustra un ejemplo típico. La línea anaranjada muestra la aparición de problemas en los niños durante un periodo de tiempo determinado (aquí mostramos el transcurso de una intervención de 16 semanas); la línea azul representa el nivel de estrés de los padres. Se ha comprobado que el PDR es sensible a los cambios derivados de las intervenciones.

 

Para predecir la interrupción de la colocación en hogares de acogida (foster): Los estudios han demostrado que las altas tasas de conductas problemáticas del niño y el estrés de los padres predicen las interrupciones de la colocación en hogares de acogida. Por ejemplo, en un amplio estudio de niños de 4 a 11 años en acogida, los que tenían una media diaria de 6 o más problemas comunicados por los padres tenían muchas más probabilidades de interrumpir que los que estaban por debajo de ese umbral; cada conducta adicional por encima de 6 aumentaba la probabilidad de interrupción en un 25%.

 

Como medida de la mejora grupal: las puntuaciones PDR pueden promediarse entre los padres y a lo largo del tiempo para determinar si las intervenciones grupales están teniendo los efectos previstos.

 

Como medida de la disposición de los padres de acogida (foster) a aceptar más niños en su hogar: Si se promedian las puntuaciones de los problemas de conducta de los niños y las puntuaciones de estrés de los padres de todos los niños que residen en un hogar de acogida, se obtiene información que puede servir de base para tomar decisiones sobre si el padre tiene mayor capacidad para atender a más niños.

 

 

Referencias:

Chamberlain, P., Price, J. M., Reid, J. B., Landsverk, J., Fisher, P. A., & Stoolmiller, M. (2006). Who disrupts from placement in foster and kinship care? Child Abuse and Neglect, 30, 409-424.

Chamberlain, P., & Reid, J. B. (1987). Parent observation and report of child symptoms. Behavioral Assessment, 9, 97-109.

Hurlburt, M. S., Chamberlain, P., DeGarmo, D., Zhang, J., & Price, J. M. (2010). Advancing prediction of foster placement disruption using brief behavioral screening. Child Abuse and Neglect, 34(12), 917-926.

Patterson, G. R. (1974). Retraining of aggressive boys by their parents: Review of recent literature and follow-up evaluation. In F. Lowey (Ed.), Symposium on the severely disturbed preschool child, Canadian Psychiatric Association Journal, 19, 142-149.

Reid, J. B., & Patterson, G. R. (1976). The modification of aggression and stealing behavior of boys in the home setting. In E. Ribes-Inesta & A. Bandura (Eds.), Behavior modification: Experimental analyses of aggression and delinquency (pp. 123-145). Hillsdale, NJ: Erlbaum.